El IIDS comporta un significativo transito institucional que representa una eficiente plataforma para realizar ciencia respecto de problemas centrales y multidisciplinarios, incorporando diversas disciplinas y campos del saber, con un fructifico capital humano avanzado, rico en posibilidades, no solo para generar nuevo conocimiento, sino también para efectuar trasferencia y asesoramiento a órganos decisionales en el país y el extranjero, como también hacia la comunidad en general. Esto nos exige estar orientados por altos estándares de calidad y un riguroso sistema de evaluación de resultados e impacto en el desempeño científico-tecnológico y de Innovación, como pilares necesarios de fortalecer en distintas áreas del desarrollo, desde los territorios locales hasta los supranacionales.

Buscamos contribuir al fortalecimiento de la sostenibilidad social, económica y ambiental, en pro de enfoques para salvaguardar la capacidad de los ecosistemas naturales, de modo de responder intergeneracionalmente a las exigencias económicas y sociales de la sociedad. En consecuencia, su finalidad es mantener los procesos globales de productividad, asegurando condiciones y oportunidades de vida óptimos, pero, sin degradar o poner en peligro los sistemas naturales tanto presentes como futuros. Acuñamos principios de conservación, democracia y justicia social, para responder a las contradicciones entre crecimiento económico, bienestar social y condiciones ecológicas, intentando logar un desarrollo económico y social respetuoso con el medio ambiente. Particularmente, en IIDS utilizamos la idea de desarrollo humano sostenible, que reivindica la perspectiva de territorios y ciudadanías activas e incidentes, comprometidas con el cambio colectivo de las sociedades en que vivimos, alcanzando la progresión en la calidad de vida, pero con equidad social, reconocimiento de las diversidades, y preocupación por el equilibrio ecológico global.

Para eso, adherimos a los valores establecidos por el pacto mundial de Naciones Unidas (Global Compact) y los Objetivos de Desarrollo sostenible (PNUD), asumiendo como imperativos, por un lado, aumentar la capacidad investigativa, mientras que, por otro, arraigar un modelo circular que nos permita no solo producir conocimiento de alto impacto, también trasferir ese conocimiento a los territorios y desde ellos y sus agentes identificar demandas de investigación.